Yo cuando deje de existir, quiero anclarme en aquello que me hizo sentir viva.

lunes, 9 de abril de 2012

Necesito ese sentido

No busques lo que nunca has perdido, el amor esta en cada molécula de oxigeno, aun en el odio, aun en la oscuridad, aun en los días nublados, pero si algún día como ahora sientes que lo has perdido solo date cuenta que has perdido tu capacidad para sentirte vivo y que el amor esta a tu lado solo esperando volver a ser sentido.



Que sea distinto, no lo hace peor-♥

- ¿Qué es exactamente lo que vamos a hacer?
-Lo que quieras.
-¿Me lo prometes?
-Sí. Alcé la mirada y vi en sus ojos una expresión ferviente y algo perpleja.  Dime lo que quieres, y lo tendrás.

No podía creer que me estuviera comportando de una forma tan torpe y tan estúpida.
Era demasiado inocente; precisamente, mi inocencia era el punto central de la conversación. No tenía la menor idea de cómo mostrarme seductora. Tendría que conformarme con recurrir al rubor y la timidez.
-Te quiero a ti.
-Sabes que soy tuyo —sonrió.
Respiré hondo y me puse de rodillas sobre la cama. Luego le rodeé el cuello con los
brazos y le besé. Me devolvió el beso, desconcertado, pero de buena gana. Sentí sus labios tiernos
contra los míos, y me di cuenta de que tenía la cabeza en otra parte, de que estaba
intentando adivinar qué pasaba por la mía. Decidí que necesitaba una pista. Solté mis manos de su nuca y con dedos trémulos le recorrí el cuello hasta llegar a las solapas de su camisa. Aquel temblor no me ayudaba demasiado, ya que tenía que darme prisa y desabrocharle los botones antes de que él me detuviera. Sus labios se congelaron, y casi pude escuchar el chasquido de un interruptor en su
cabeza cuando por fin relacionó mis palabras con mis actos.

- Mira, no lo tienes porque hacer.
-Estoy dispuesta a perderme contigo. Dime que me quieres.
- ¿Sabes? A las personas que son importantes en la vida, no hace falta decirles mucho. Tú sabes bien todo lo que significas, y todo lo que hemos pasado y superado. Y con eso es más que suficiente. Sólo darte las gracias y que siempre estaré aquí.



—No quiero necesitarte.

—¿Por qué?

—¿Por qué? ¿Tú no crees eso? Yo ahora no me imagino una vida sin tí.